NAVIDAD 2013-2014
No se por qué,
pero esta mañana me he levantado nostálgica. Me ha dado por mirar atrás y
recordar a los compañeros y compañeras de viaje que quedaron por el camino.
Personas y animales importantes para mí, que se asomaron a mi vida para quedarse
durante un tiempo. Ellos ya no están…, y sin embargo les siento tan dentro de
mí como si nunca se hubieran ido.
Hoy es uno de
esos días en los que dejo de ser solo Juana para ser también Rosario, Emilia,
Mauricio, Mariano, Carlos, Angelita, Gregorio, Layca, Chata, Pumy, Canela…, y tantos
nombres más de una larga lista de personas y animales que aumenta cada año que
pasa. Hoy siento que todos ellos están en mi interior, viviendo aún a través de
mí, no solo en mis recuerdos, sino también en mi forma de ser.
La Juana de
hoy no sería la misma sin la huella que todos ellos me dejaron. Cada uno a su
manera, fueron capaces de cambiar algo de mi visión de la existencia y de mi
forma de ser. ¿Cuál es el “poder” maravilloso que utilizaron para lograrlo? Su poder
estaba en ser ellos mismos, simplemente eso, “ser ellos mismos”.
Mientras
estamos transitando por esta vida no nos damos cuenta que todos tenemos en nuestras
manos la capacidad de cambiar el mundo, y que utilizamos esa capacidad sin ser
conscientes de ello. Porque puede que nos parezca que no estamos haciendo nada,
que nuestra existencia es anodina, que dejaremos esta vida sin que nada perdure
de nuestro paso por ella. Pero la gran verdad es que todos, en muchos momentos
de nuestra existencia, la mayoría de las veces de forma inconsciente, hacemos
cosas que afectan positivamente a los demás, acciones sencillas que cambian, en
alguna medida, el corazón de otras personas. Esa es precisamente nuestra contribución
al mundo, no es necesario que realicemos grandes obras, que nos convirtamos en
gente “importante”, o personas influyentes… para “ser ya” una parte esencial de
la evolución de la humanidad.
Lo cierto es
que la humanidad esconde sus mejores valores en las pequeñas acciones, esas que
se producen en la vida cotidiana, que suelen surgir espontáneamente, que no
requieren de grandes escenarios y no tienen apenas espectadores. Esas acciones
sencillas son las que de verdad están llevando al mundo en una sola dirección, la
más importante, la que nos hace más fuertes, más grandes y mejores…, la de la
comprensión y el amor.
En estas
fechas de paz y amor doy mi homenaje a todas aquellas personas de ayer, de hoy
y de mañana que pasan por la vida cambiando
el mundo con el único y maravilloso poder de ser ellos mismos.
Juana D. Martínez
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