La migración al libro digital se precipita en España
EFE.MADRID
Una confluencia de factores, liderados por "el desembarco" en España
de las grandes distribuidoras de libros en Internet, de forma casi simultánea
tras el verano, está precipitando la migración al libro digital y 2011 se
postuló como el año de "inflexión" del despunte del proceso, pero no
de las ventas.
Así lo explica el director general global de Prisa Ediciones
(área de ediciones generales de Santillana), Fernando Esteves, para quien el
"impacto" de todos estos factores, por los drásticos cambios que
traerá consigo, podría compararse al de la invención de la imprenta.
El lector se está acostumbrando de forma
"rapidísima" a leer en formatos digitales, incluso las personas
mayores, al contrario de lo que algunos pensaban, porque este tipo de libros
tiene grandes ventajas, por ejemplo, permite aumentar el tamaño de la letra o
disponer de un tipo de tinta que no cansa a la vista, dice.
No sólo "el desembarco" casi simultáneo de las
grandes distribuidoras de libros en la red está detrás de la prevista
"inflexión" hacia lo digital en España, sino también "la
eclosión" este año de nuevos negocios editoriales en la red, y de
distintos reproductores de lectura electrónica, junto con un
"significativo" aumento del número de dispositivos móviles, y por
ello, de lectores en Internet.
Toda este favorable panorama para la expansión de la lectura
digital, se ha visto acompañado, además, de un mayor auge y actividad en las
redes sociales en los últimos meses, que han adquirido un relevante papel en la
promoción de contenidos editoriales, muchas veces de forma espontánea.
Esteves no cree, sin embargo, que este repunte de lectores
digitales se vea todavía acompañado de un significativo incremento de las
ventas de libros.
El desequilibrio entre lectores y ventas se debe
principalmente a "los escandalosos" niveles de piratería de libros
digitales en España, por encima del 49 por ciento, según los datos, lo que el
responsable de Prisa Ediciones achaca no sólo a una legislación poco
contundente, sino sobre todo a factores culturales.
Así, ha advertido de que en España y en Latinoamérica, en
general, "el comprador o usuario de Internet interpreta los contenidos web
como gratuitos; es como si pensara que lo digital por ser intangible no
mereciera ser comprado".
Esteves ha destacado los bajísimos niveles de penetración de
lectura digital en España, que lleva una década de retraso frente a países como
Reino Unido o Estados Unidos, en donde las tasas rondan el 20 por ciento, y en
ocasiones, con ciertos títulos, los índices superan el 30 por ciento.
No obstante, confía en una reducción paulatina de esta
brecha digital, con la consolidación progresiva de la migración digital en
España, que "alterará" toda la cadena de valor de la industria del
libro, en los términos establecidos hasta ahora.
El sector tendrá que "reestructurarse", y se
pondrá "en tela de juicio" la supervivencia de algunos de los
intermediarios de la cadena editorial, de modo que unos sobrevivirán y otros
desaparecerán, siendo los autores y los lectores los únicos actores que
persistirán de seguro.
Todo apunta a que el crecimiento de lo digital en los países
de habla hispana despunte, primero, en España, y luego, en Latinoamérica, con
una tendencia en progresión geométrica hasta dentro de unos años, cuando se
estabilizaría el proceso, con la coexistencia un tiempo del libro impreso y
virtual.
Esteves ha destacado los fuertes ritmos de digitalización
editorial de Santillana, pese a las trabas en ámbitos como los derechos de
autor, con unas previsiones para el año próximo de oferta electrónica que doblará
la actual, con cifras de entre 1.500 y 2.000 ejemplares respecto al total.